AnALIzando la saga Dollanganger

Para los amantes de la lectura larga, V.C. Andrews nos regala la saga Dollanganger, compuesta por 5 libros llenos de secretos: Flores en el ático (1979), Pétalos al viento (1980), Si hubiera espinas (1981), Semillas del ayer (1982) y Jardín sombrío (1987) 

Saga Dollanganger V.C. Andrews

Todo comienza con el matrimonio perfecto y por consiguiente, la familia ideal: Christopher, papá trabajador y cariñoso, Corrine, mamá dedicada completamente a su esposo y a sus 4 maravillosos hijos, Cathy de 12 años, Christopher de 14 y dos hermosos gemelos, Cory y Carrie de 5. 

 

Pero el sueño está por romperse cuando el padre de los niños muere y su madre y ellos emprenden un viaje lleno de promesas de una vida de lujos y amor incondicional. Sin embargo, al llegar a la imponente mansión Foxworth Hall estos sueños quedan atrás, desencadenando una serie de eventos: abandono, romances prohibidos, secretos ocultos, muerte, avaricia pero sobre todo, sed de venganza. 

La saga Dollanganger sin duda te engancha desde el primer capítulo, te hace querer meterte al libro y llorar con los niños, reír con ellos, tener una plática seria con Corrine y sobre todo, te vuelve uno de "Los muñecos de Dresde" 

Pero ¿cuál es el perfil psicológico de los personajes principales?

Olivia Foxworth: abuela, presa de su propio pasado, víctima de un mal matrimonio y su realidad. 

Encontrando en la religión consuelo, dejando a Dios como el ser que vengara todo lo que ella no puede hacer.

Escondida detrás de una faceta de mala y cruel, insatisfecha en todos los aspectos, sin amigos, con una historia de rechazo y falta de empatía, se encuentra una mujer con mucho dolor que a raíz de sus experiencias, aprendió a quedarse callada y a que cualquier gesto de amor, la convertiría en una mujer vulnerable. 

La abuela que no quiere a sus nietos, pide a gritos que la quieran. La madre que rechaza a su hija por ser hermosa y la fascinación de su padre solo proyecta la necesidad que tiene de amar y ser amada.  

Corrine Foxworth: madre de los muñecos de Dresde. Acostumbrada a tenerlo todo, la consentida de papá, quien deposita en ella una carga emocional muy grande, tomar el lugar de su madre, quien lo abandonó cuando él era solo un niño. A partir de ese momento, ella toma el papel de la mujer ideal, presa en una cárcel con fachada de mansión. Con esta premisa, podemos entender por qué huyó con el primer hombre que le pintó un mundo de libertad, lejos de tanta presión. Madre cruel, egoísta, que solo piensa en su propio beneficio, despiadada, capaz de asesinar con tal de no perder su fortuna, nuevamente víctima de su pasado. Con la sangre tan fría como para abandonar a su propios hijos, sin embargo, ella aprendió eso, su padre le contó su propia historia de abandono, y por supuesto, el patrón se repite. 

Christopher Dollanganger: hijo que en un segundo se convirtió en la cabeza de la familia, inconscientemente, de un día a otro era padre de dos gemelos y esposo de su propia hermana. Creciendo en un mundo de encierro, experimentando los primeros rasgos de la pubertad y viendo a una mujer crecer cerca de él, despertando en él, sensaciones de amor, atracción y deseo. Sin quererlo, enamorándose perdidamente, formando la familia que le fue arrebatada cuando su padre murió y su madre decidió abandonarlo.  

Catherine Dollanganger: a ojos de todos, carente de inteligencia emocional, con una mente retorcida,  ávida de venganza y atención. 

Niña que tuvo que convertirse en mujer, madre y esposa en un solo día con una inocencia interrumpida a sus 14 años. 

Perdiendo a su padre, enamorada de su hermano, sin una madre que guíe su camino, buscando el patrón de pérdida y abandono en cada una de sus parejas, porque lo merece por ser víctima de la avaricia de su madre. 

Contando solo su lado de la historia, siendo presa de sus propias pasiones y al igual que su madre, queriendo todo para ella, buscando ser el centro de atención de todos, egoísta,  sin pensar en sus propios errores y malas decisiones. 

Una saga llena de círculos viciosos y patrones, todos víctimas de un pasado oscuro lleno de secretos, sin duda es algo que ayuda a la reflexión de ¿hasta cuándo dejaremos de culpar a los demás de lo que nos pasa y nos volveremos dueños de nuestras propias decisiones?